27 de novembre del 2009

Sartre, "La nausea"

Decididamente ese sentimiento de aventuras no procede de los acontecimientos: ya tenemos la prueba. Más bien es la manera de encadenarse los instantes. Creo que esto es lo que pasa: de pronto uno siente que el tiempo transcurre, que cada instante conduce a otro, éste a otro y así sucesivamente, que cada instante se aniquila, que no vale la pena intentar retenerlo, etc., etc. Y entonces atribuimos esta propiedad a los acontecimientos que se presentan en los instantes; lo que pertenece a la forma lo referimos al contenido. En suma, se habla mucho del famoso transcurso del tiempo, pero nadie lo ve. Vemos una mujer, pensamos que será vieja, pero no la vemos envejecer.

Ahora bien, por momentos me parece que la vemos envejecer y que nos sentimos envejecer con ella; es el sentimiento de aventura.

Se llama así, si mal no recuerdo, a la irreversibilidad del tiempo. El sentimiento de la aventura sería, simplemente, el de la irreversibilidad del tiempo. ¿Pero por qué no lo tenemos siempre? ¿Acaso no será siempre irreversible el tiempo? Hay momentos en que uno tiene la impresión de que puede hacer lo que quiere, adelantarse o retroceder, que esto no tiene importancia; y otros en que se diría que las mallas se han apretado, y en estos casos se trata de no errar el golpe, porque sería imposible empezar de nuevo.

1 comentari:

... ha dit...

Si el tiempo fuera tangible sería como llevar una corona de espinas, seguramente con algún atributo económico. Forma parte de una de las caras de una misma moneda, sin entender la muerte difícilmente resolveremos el espacio-tiempo que sintetiza la vida. Lo que me hace pensar que la mayoría de las personas que resumimos la vida en posesiones y felicidad eterna nos hace débiles e incapaces de resolver la invisibilidad del tiempo. Se agota sólo con respirar, imposible de contabilizar. No es elástico, ni duro por lo que es imposible de alcanzar, sostener, retroceder o adelantar. No hay máquinas del tiempo y los gusanos quedan lejos de nuestro alcance. Nacemos sabiendo que morimos, aunque con los oídos sordos, que hay un tiempo límite. Tan sólo nos podemos moldear a él siendo capaces de asumir nuestra propia identidad como personas, de nuestros actos, de nuestro presente que no deja de ser un sucesivo alboroto de instantes, aquí incluyo el concepto “aventura”. Creo que es más una guerra particular, podemos recordar un instante en nuestra mente con lo que podemos capturar su esencia, algo es algo, y ser parte activa de la “aventura”. Hay preguntas sin respuesta, e intentar resolverlas se convierten en un sin fin de posibilidades que pueden destruir nuestra capacidad de vivir sin plomos en los piés. Aunque la capacidad de planteamiento nos abre la mente, nos hace humildes y nos capacita para captar realmente el sentido de la vida.

“El concepto de flecha del tiempo se refiere popularmente a la dirección que el mismo registra y que discurre sin interrupción desde el pasado hasta el futuro, pasando por el presente, con la importante característica de su irreversibilidad, es decir, que futuro y pasado, sobre el eje del presente, muestran entre sí una neta asimetría (el pasado, que es inmutable, se distingue claramente del incierto futuro).”-Wiquipedia”

“Flecha del tiempo”…mm…m’agrada!

L’altre dia vaig veure una entrevista de Jostein Gaarden i em vaig quedar molt pensativa. Parlava de la mort i de la vida en termes filosòfics, intrínsecament el temps estava al mig dels dos extrems, és per tant la condició que ens manté en diferents estats: els passat, el present i el futur. Els daus juguen pel nostre estat present, el passat i futur són conseqüència de…i un allau de circumstàncies.

Aquí la meva dissertació del dia, discutible, clar!
(sorry per l'extensió, tot i que la capacitat de sintetitzar és favorable a tenir clar els conceptes, potser no ho dec tenir tan clar que hagi de vestir-ho amb tanta lletra, pf....)